Late sin mesura, en la cercanía de mis sueños. resuena en mis memorias el silencio perdido antes de su llegada. Imposible volver del cobijo de su alma, regresar llegar del fulgor de sus pensamientos. Cómo habría de evitar perderme en ojos que abismales atrapan mis más intrínsecas fantasías. Cómo habría de la miel de su voz, de la dulce esquirla de su sonrisa.
Anida oh diosa de la luna un refugio a mis sueños, envuelva por favor mi ser con sus lejanos y perdidos sueños, búsqueme cabida en su alma, déjame refugiarme del frío invierno, de la cruel lanza que clavada ha derramado el fuego que porto en el ánima.
Permítame, amor, perder mis defensas al contacto con sus manos, déjeme sentir su presencia con el verso de su aire capturado por mi pecho, que el desliz agudo de mis dedos se frene a lo imperceptible para los corazones vacíos.
Permítase dibujar en la silueta erizada las marcas intangibles del recuerdo, lo ruego, no deje caer de sus manos el suspiro que profesan mis días por su presencia.
Late sin mesura, late cada instante en mis reencuentros cuantiosos con el anhelo, permítame amor, perder la cordura, cazar sus sueños sin mesura.