domingo, 21 de febrero de 2016

Sin silencio



¿Cómo silenciar los deseos? ¿Cómo pedir al alma que acalle las convulsiones de pasión que emanan cuando las manos se queman? Cuando los labios son aprisionados y cuando la piel se corroe por dentro para estar aún más cerca.
¿Cómo pedir que la oscuridad aprisione sus gemidos?
Si me incendian de inmediato la sangre.
Mis manos no se atreverían a amordazar la hermosura de su boca abriéndose para inhalar un poco de aire frío, su reflejo instintivo por quemar todo el aire que rodea este mundo.
¿Cómo silenciar sino llevando al máximo su melodía? Tan elevada e incisiva que deje de ser escuchada para los oídos mortales.
¿Cómo pedir a mi cuerpo que lo impida? Si la llama sobre tu pecho me ruega que me abrigue junto a tu alma.

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