miércoles, 14 de octubre de 2015

Tu espalda

Detrás de ti intrigado. Detrás de ti y tu espalda desnuda, mis dedos apenas y podrían con la conmoción de deslizarse en el valle de tu cuerpo, en la peligrosidad de esa sombra que baja desde el cielo de tu cuello hasta los montes más piadosos del infierno.
Sombra delgada, tenue, delicada. Basta con endulzar la existencia con un vistazo para sucumbir para siempre.
Es allí donde la lujuria es cambiada por un sentimiento, donde los vicios mundanos se transforman en milagros, donde dejas tu condición humana, y empiezo a creer en diosas.

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